Me hallo sólo y en silencio... De pronto, escucho unos tintineos... ¡Ese loco yo que yace dentro! Toca suavemente, gime... Cuando le abro y lo dejo hablar, a veces llora, a veces grita, a veces canta de alegría... Voces profundas, que cuando las escuchamos, nos hacen entrar en nuestro loco yo - y comenzamos así- lo que llamamos soliloquio... Este pobre portal, sea hogar para los locos, donde canten todas las voces en una sinfonía de "solilocos"...